
Dadnos, Oh Madre, una unión con vuestro Sapiencial e Inmaculado Corazón, de manera tal que seamos con Vos como una gota de agua lanzada al mar.
Estos pedidos os los presentamos por medio de nuestros Ángeles de la Guarda, ¡Oh Sapiencial e Inmaculado Corazón de María! Nosotros os pedimos que nos concedáis una devoción intensa a la Sagrada Eucaristía, al Sagrado Corazón de Jesús, a vuestro Sapiencial e Inmaculado Corazón y, oh Madre, en medio de las tristezas de todas las crisis contemporáneas, dadnos cada vez más devoción al Papado, a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, con su carácter jerárquico, ordenado por vuestro Divino Hijo, sin las abominaciones con las que sus enemigos buscan desfigurarla.
Que se cumpla, Madre mía, todo cuanto previsteis en Fátima. Y, sobretodo, que venga vuestro Reino, en el cual deseamos ser vuestros esclavos más atentos, humildes y amorosos.
Oración compuesta por Plinio Corrêa de Oliveira