Origen de la devoción de los cinco primeros sábados de mes

Publicado el 08/05/2023

Vivimos tiempos difíciles en los que la fe parece haberse diluido y las ofensas a Nuestra Señora se propagan a gran velocidad. El Inmaculado Corazón de Nuestra Madre está cubierto de espinas, clavadas por la ingratitud y las blasfemias de los hombres. ¿Cómo no dolerse viendo a Nuestra Madre ofendida de este modo? ¿No es propio de buenos hijos reparar su dolor?

Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, EP

Como única superviviente de los tres pastorcitos de Fátima, Lucía recorrió un largo y sufrido itinerario hasta convertirse en la Hermana Lucía del Corazón Inmaculado, Carmelita Descalza en el Carmelo de San José, en Coimbra.

Una de las etapas de ese trayecto fue la Casa de las Hermanas Doroteas, en Pontevedra (España). Allí recibió una de las revelaciones que completan el mensaje transmitido por la Madre de Dios en Cova de Iría.

La comunión reparadora de los cinco primeros sábados

En efecto, durante la tercera aparición, el 13 de julio, la Madre de Dios había prometido: Vendré a pedir la consagración deRusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Tal venida todavía no se había dado.

El día 10 de diciembre de 1925, sin embargo, según relata la Hermana Lucía (hablando de sí misma en tercera persona), “Se le apareció la Santísima Virgen y, al lado, sobre una nube luminosa, el Niño Jesús. La Santísima Virgen, poniéndole la mano en el hombro, le mostró un Corazón que tenia en su otra mano cercado de espinas. Al mismo tiempo, dijo el Niño: ‘Ten pena del Corazón de tu Santísima Madre, que está rodeado por las espinas que los hombres ingratos constantemente le clavan, sin que nadie haga un acto de reparación para quitárselas’.

A continuación, dijo la Santísima Virgen: ‘Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos, a cada momento, me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, haz algo por consolarme, y di que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el rosario y me hicieren quince minutos de compañía, meditando en los quince misterios del Rosario, a fin de desagraviarme, prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de estas almas.’

El día 15 de febrero de 1926, se le apareció de nuevo el Niño Jesús y le preguntó si ya había difundido la devoción a su Santísima Madre.” Ella le dijo que la Madre Superiora estaba dispuesta a propagarla, pero que el confesor le había dicho que esta última, sola, nada podía. “Jesús respondió: ‘Es verdad que tu Superiora sola nada puede, pero con mi gracia lo puede todo’.

Manifestó la dificultad que algunas personas tenían de confesarse el sábado, y pidió para ser válida la confesión dentro de los ocho días. Jesús respondió: Sí, puede ser, y hasta muchos [días] más aún, con tal de que cuando me reciban, estén en estado de gracia y tengan la intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María.

Ella preguntó: ¡Jesús mío!, ¿[y] las que se olviden deponer esa intención?

Jesús respondió: Pueden ponerla en la siguiente confesión, aprovechando la primera ocasión que tengan de confesarse.”

Cuatro años después, en la madrugada del 29 al 30 de mayo de 1930, Nuestro Señor le reveló interiormente a la Hermana Lucía otro pormenor respecto a las comuniones reparadoras de los cinco primeros sábados:

” ‘Y quien no pudiere cumplir todas las condiciones en el sábado, ¿no las satisfará con los domingos?’, [pregunté]. [Jesús respondió]: ‘Será igualmente aceptada la práctica de esta devoción en el domingo siguiente al primer sábado, cuando mis sacerdotes, por justos motivos, así lo concedieran a las almas ‘.”

¿En que consiste esta devoción?

Atendiendo el pedido de Nuestra Señora, sus fieles devotos podemos consolarla cumpliendo durante cinco primeros sábados de mes consecutivos los siguientes requisitos:

– Confesión.

-Asistir a la Santa Misa, recibiendo la Sagrada Comunión con intención de reparar las ofensas contra el Inmaculado Corazón de María.

-Rezo del Santo Rosario.

-Meditar al menos uno de los Misterios del Santo Rosario durante quince minutos.

¿Por qué cinco sábados?

 

Ello obedece a los cinco tipos de blasfemias con las que se ofende a Nuestra Señora, y que Ella misma reveló a Sor Lucía:

  1. Blasfemias contra su Inmaculado Corazón.

  2. Blasfemias contra su  virginidad.

  3. Blasfemias contra  Ella en cuanto Madre de Dios y  Madre de toda la humanidad.

  4. Blasfemias de aquellos que públicamente infunden en los niños la indiferencia, el desprecio e incluso el odio a la Santísima Virgen.

  5. Blasfemias de quienes ultrajan sus sagradas imágenes.

A todos los que pongan en práctica esta devoción con fe, Nuestra Señora les promete gracias especiales en el momento de su muerte, asegurando la salvación de sus almas. ¡Qué regalo tan maravilloso nos brinda la Madre de Dios!




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“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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