
En la expectativa profética del Dr. Plinio, la era mariana será una época de transmisión de dádivas celestiales inéditas.
“Yo espero que Nuestra Señora nos conceda dones inimaginables más bellos y admirables que los ya conocidos, que ni sepamos que decir”1
Pues bien, para darse esta comunicación de gracias y designios, la humanidad debe seguir el mismo camino transitado por la Santísima Virgen: el de la Sagrada Esclavitud.
En el Reino de la Virgen, los hombres participarán en grado altísimo del amor que une al Divino Espíritu Santo a Nuestra Señora. 2 Según la expresión de San Luis María Grignion de Montfort, “las almas respirarán a María”,3 o sea, se sentirán blanco de su inconmensurable y gratuito amor, y en consecuencia, la amarán con confianza, ardor y cariño.

De este inefable afecto, nacerá un discernimiento de los espíritus mutuo, mediante el cual, las almascontemplarán unas en las otras el aspecto específico de la Madre de Dios que están llamadas a reflejar
De este inefable afecto, nacerá un discernimiento de los espíritus mutuo, mediante el cual, las almascontemplarán unas en las otras el aspecto específico de la Madre de Dios que están llamadas a reflejar.
Entretanto, esto solamente se realizará a traves de un vínculo de esclavitud espiritual muy estrecho con Nuestra Señora, Soberana del Universo, vínculo éste, todo hecho de encanto, veneración y ternura, así como de una disposición radical para el servicio, la obediencia y el holocausto.
De esta manera, toda la sociedad será elevada a un nuevo grado de vida sobrenatural, cumpliendo en plenitud las palabras de San Pablo, “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” (II Cor. 5,17). En el conjunto de la Opinión Pública brillará la imagen y semejanza de Jesís, por la Mediación Universal de María.
En efecto, cuando la esclavitud marial es llevada al ápice de la perfección, el esclavo se configura con su Señora, haciéndose uno con Ella. Así, a través de la consagración a Jesús por medio de su Madre, el espíritu de María será transmitido con tal eficacia que transformará a una generación quebrada por la Revolución 4, en la fina punta de la santidad, de la nobleza y de la combatividad.
Este espíritu se comunicará también de alma a alma, al verificarse las palabras de San Pablo: ” Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones”. (Ga 5, 13).
Sin embargo, tal fenómeno ocurrirá de forma jerárquica, semejante a la iluminación de los ángeles superiores en relación a los inferiores. Las almas más llamadas serán instrumentos del Espíritu Santo junto a las otras, ayudándolas a crecer en su unión con la Virgen Purísima, por la transmisión del esplendor de la gracia que vivirá en ellas.
En función de esta perspectiva, ¿Cómo definir el Reino de María?
Será el reinado de la clemencia, de la piedad y de la dulzura de Nuestra Señora, la era histórica en la cual su espíritu estará presente en cada criatura y su amor cubrirá la Tierra cual niebla blanca y discreta.
Así como en los días actuales se inhala en cualquier parte el aliento pestilente e inmundo de la Revolució, caracterizado por la rebeldía, por el igualitarismo y por la sensualidad desenfrenada, durante el Reino de María se respirará el suave perfume de la presencia y de las virtudes de la Reina Celestial, ya sea en las almas y en los ambientes, ya sea en las costumbres y hasta en las civilizaciones 5

Cedro del Líbano
El gran profeta y apóstol de María San Luis María Grignion de Montfort, 6 explica que Nuestra Señora engendrará en las almas de los defensores y abanderados de su reinado, una santidad tan superior —por tratarse de una participación en sus propias virtudes, que ellos tendrán en el orden de la gracia—, la proporción de los cedros del líbano en relación al césped, si los comparamos a los santos de las épocas anteriores.
Si a San Bernardo de Claraval durante los instantes de un éxtasis, la Virgen levantó el velo que ocultaba a su persona, 7 a esos elegidos, Ella se mostrará y se entregará por entero como jamás lo ha hecho.
Habrá un momento en el que cada uno de los hijos y esclavos de María, la verá como que transfigurada delante suyo, sintiendo en sí los torrentes de amor y de misericordia que emanan de su Corazón. Todo quedará limpio, perdonado y restaurado. El Reino de Maria, realización máxima del Reino de Cristo, estará fundado en las almas.
Tomado del libro María Santísima. El Paraíso de Dios revelado a los hombres. Parte III, Capítulo 3; pp 120-124
Notas
1 CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Conferencia. São Paulo, 6 de enero de 1981
2 Cfr. SAN MAXIMILIANO MARIA KOLBE. Scritti. Roma: ENMI, 2009, p.308-309.
3 SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT. Traité de la vraie dévotion à la Sainte Vierge, n.217.
4 Por Revolución el Dr. Plinio entendía el movimiento que desde hace cinco siglos viene demoliendo a la cristiandad y cuyos momentos de apogeo fueron las grandes cuatro crisis del Occidente cristiano: el protestantismo, la Revolución francesa, el comunismo y la rebelión anarquista de la Sorbona en 1968. Sus agentes impulsores son el orgullo y la sensualidad. De la exacerbación de esas dos pasiones resulta la tendencia a abolir toda legítima desigualdad y todo freno moral. A su vez, denominaba a la reacción contraria a ese movimiento de subversión como Contra-Revolución. Estas tesis están expuestas en su ensayo Revolución y Contra-Revolución (cf. CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Revolução e Contra-Revolução. 5.ª ed. São Paulo: Retornarei, 2002), publicado por primera vez en la revista mensual de cultura Catolicismo en abril de 1959.
5 Cfr. BERNARD, OP, Rogatien. Le mystère de Marie. Les origines et les grands actes de la maternité de grâce de la Sainte Vierge. Paris: Desclée de Brouwer, 1933, p.462
6 Cfr. SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, op. cit., n.47.
7 Cfr. THIÉBAUD, Victor-Joseph. Fleurs mystiques. Les litanies de la Sainte Vierge expliquées et commentées. 3.ed. Paris: Jacques Lecoffre, 1864, v.I, p.436-437).