Oh Madre Santísima, son tan pocos los que perseveran en la lucha por Vos, por la Santa Iglesia, por la Cristiandad! Bien comprendemos que, sin el especialísimo auxilio vuestro, sería imposible que alcanzásemos cualquier victoria para vuestra Causa. Mandad vuestros Santos Ángeles para que luchen contra vuestros enemigos. Que cada uno de nosotros sea tan receptivo a la acción de los Ángeles y a la vuestra, gloriosísima Reina, que nuestros golpes contra vuestros adversarios tengan la fuerza que tendrían si proviniesen de vuestros Ángeles, o incluso de Vos.
Así, viéndonos humildes, desapegados, infatigables, intrépidos, audaces en la lucha, vuestros enemigos humanos e infernales comprendan que pertenecemos a la raza de la Virgen, a la grey santa que bajo vuestras órdenes exterminará a la Revolución, llevará a la victoria a la Contra-Revolución e implantará vuestro Reino. No por fuerza nuestra, sino porque todo pueden aquellos a quienes dais intrépido vigor.
(Compuesta en 1977)