Cuando el Profeta Simeón tuvo en los brazos al Niño Jesús y entonó su famoso cántico Nunc dimittis servum tuum, Domine… –Ahora Señor, puedes dejar a tu siervo ir en paz–, él dijo que Nuestro Señor fue enviado como piedra de escándalo para la perdición y salvación de muchos y para que se conociesen los pensamientos ocultos de los corazones.
Por lo tanto, Nuestro Señor fue mandado para salvar a todos, pero la perdición de aquellos que lo rechazaran no significaba su fracaso, y sí un elemento intrínseco a su Misión, o sea, crear condiciones para que los justos conozcan la verdad y se salven, para que los impíos manifestando su impiedad y, sin arrepentirse, vayan al infierno.
Christianus alter Christus: el cristiano es otro Cristo. Nosotros también somos piedra de escándalo puesta para la salvación y perdición de muchos, y para que se revelen los pensamientos de los impíos. Nuestra misión es, pues, suscitar en las personas la definición, para la salvación de los buenos.
Extraído de conferencia del Dr. Plinio el 31/01/1966