Quisiera que me sacara de dudas: ¿es pecado que una persona se imagine pecando, aunque no lo esté cometiendo físicamente?
Raissa Silva – Vía correo electrónico
El Catecismo de la Iglesia Católica (cf. 2517) nos enseña que el corazón humano es la sede de la personalidad moral: «Del corazón salen pensamientos perversos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, difamaciones, blasfemias» (Mt 15, 19).
Por lo tanto, debemos aspirar a vivir la sexta bienaventuranza, la cual promete a los limpios de corazón que verán a Dios (cf. Mt 5, 8). Según el propio catecismo, «los “corazones limpios” designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad (cf. 1 Tim 4, 3-9; 2 Tim 2 , 22), la castidad o rectitud sexual (cf. 1 Tes 4, 7; Col 3, 5; Ef 4, 19), el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe (cf. Tit 1, 15; 1 Tim 3-4; 2 Tim 2, 23-26)» (2518).
Por lo tanto, pecar en el corazón consintiendo malos deseos o imaginaciones deshonestas es un pecado tan grave como si se hubiera realizado exteriormente, como nos enseña el divino Maestro en el Evangelio: «Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón» (Mt 5, 28).