Prioridad a los ojos de Dios de la vida interior sobre la vida activa

Publicado el 11/30/2022

Treinta años de recogimiento y soledad y cuarenta días de retiro y penitencia, son el preludio de su corta carrera evangélica. Y cuántas veces durante sus correrías apostólicas le vemos retirarse a las montañas o al desierto para orar.

Juan Bautista Chautard OCSO

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SEGUNDA PARTE

UNION DE LA VIDA ACTIVA y DE LA VIDA INTERIOR

1. Prioridad de la Vida interior sobre la activa a los ojos de Dios

En Dios se encuentra toda la Vida, porque Él es la Vida. Pero el Ser infinito no manifiesta su vida del modo más intenso en sus obras exteriores, como por ejemplo la creación, sino en lo que la Teología llama operaciones ad intra, o sea en esa actividad inefable cuyo término es la generación perpetua del Hijo y la procesión incesante del Espíritu Santo. Allí se halla, por excelencia, su obra esencial y eterna.

Jesús es tentado en el desierto al cabo de 40 días de oración y penitencia. Detalle del fresco pintado por Fray Angélico

La vida mortal de Jesucristo es la perfecta realización del plan divino. Considerémosla: Treinta años de recogimiento y soledad y cuarenta días de retiro y penitencia, son el preludio de su corta carrera evangélica. Y cuántas veces durante sus correrías apostólicas le vemos retirarse a las montañas o al desierto para orar: Secedebat in desertum et orabat o pasar la noche en oración. Pernoctans in oratione Dei. Pero hay algo más significativo y es la escena en la cual Marta desea que el Señor desapruebe la pretendida inactividad de su hermana, proclamando así la superioridad de la vida activa.

Pero la respuesta de Jesús es: Maria optimam partem elegit, y así declara la preeminencia de la vida interior. ¿Qué demuestra esto sino el designio bien premeditado de hacernos sentir la preponderancia de la oración sobre la vida activa?

Los Apóstoles, fieles a los ejemplos del Maestro, se dedicarán a la oración, y a fin de consagrarse al ministerio de la predicación, encomendarán a los diáconos las ocupaciones exteriores: Nos ver e orationi et ministerio verbi instantes erimus.

Los Papas a su vez, los santos doctores y los teólogos afirman la superioridad de la vida interior sobre la activa.

Ayeyron, Francia

Hace algunos años, la Superiora General de una de las Congregaciones más importantes dedicadas a la enseñanza en el departamento francés de Aveyron, mujer de fe, de virtud y de gran carácter, recibió de sus superiores la indicación de que facilitara la secularización de sus religiosas.

Inmediatamente se le presentó este problema: ¿Qué era preferible? ¿Sacrificar las obras a la vida religiosa, o abandonar la vida religiosa, a fin de conservar las obras?

Perpleja por no poder conocer la voluntad de Dios, salió secretamente para Roma; obtuvo audiencia del Papa León XIII y le expuso sus vacilaciones, por la presión de que era objeto por parte de sus superiores en favor de las obras. El augusto anciano se recogió unos instantes para reflexionar, y le dio esta respuesta categórica: “Con preferencia a todas las cosas y a todas las obras, conservad la vida religiosa de aquellas hijas vuestras que tienen el espíritu de su estado y aman la vida de oración. Y si es imposible guardar lo que os recomiendo y las obras, Dios suscitará en Francia otras obreras, si son necesarias. Vosotras, con vuestra vida interior, y en especial con vuestras oraciones y sacrificios, seréis más útiles a Francia como religiosas, aun en el destierro, que en el suelo patrio si quedáis privadas de los tesoros de vuestra consagración a Dios”.

Papa San Pío X

En una carta dirigida a un Instituto muy importante dedicado a la enseñanza, Pío X declaró netamente su pensamiento con estas palabras: Nos hemos enterado de que comienza a circular la opinión de que lo primero para vosotras es la educación de los niños; antes de las obligaciones que vuestra profesión religiosa os impone, porque así lo piden el espíritu y las necesidades de nuestros tiempos. NOS OPONEMOS EN ABSOLUTO a que tal opinión encuentre eco en vuestro Instituto religioso y en los demás que se dedican a la enseñanza. Quede bien sentado en lo que os afecta, que la vida religiosa es muchísimo más importante que la vida común y que por muy grandes que sean vuestros deberes de enseñar, mayores son las obligaciones con que os ligasteis a Dios. ¿Pero la razón de ser de la vida religiosa y su fin principal no son la adquisición de la vida interior?

Vida contemplativa, dice el Doctor Angélico, simpliciter melior est… et potior cuam activa.

San Buenaventura acumula los comparativos de superioridad para destacar la excelencia de la vida interior: Vita sublimior, securior, opulentior, suavior, stabilior.

Vita sublimior

La vida activa se ocupa de los hombres pero la contemplativa nos adentra en el dominio de las más altas verdades, sin desviar la mirada del mismo principio de la vida. Principium quod Deus est quaeritur. Su horizonte y su campo de acción son mucho más dilatados.

Porque tiene menos peligros. En la vida activa en su casi totalidad, el alma está agitada y febril y desparrama sus energías, con todo lo cual va debilitándose.

Además encierra tres defectos:las preocupaciones del pensamiento, sollicitudines in cogitatu; turbaris; estas turbaciones dan lugar a las afecciones, turbationis in affectu; por último, erga plurima, multiplicación de sus ocupaciones con la consiguiente división del esfuerzo y de los actos, divisiones in actu.

En cambio, para que exista la vida interior solo una cosa es necesaria. Lo demás pasa a la categoría de secundario, y se realiza en virtud de esa unión y para más robustecerla.

Vita opulentior

Con la contemplación vienen todos los bienes: venerunt mihi omnia bona pariter cum illa. Es la parte mejor entre todas: optimam partem elegit.

Todos los méritos afluyen a ella. ¿Por qué? Porque aumenta a la vez el brío de la voluntad y los grados de la gracia santificante y hace que obre el alma por un principio de caridad.

Vita suavior

El alma verdaderamente interior hace un total abandono de su voluntad en la voluntad divina, y acepta con igual semblante las cosas agradables y las adversas, llegando hasta recibir con una sonrisa las aflicciones, porque se siente feliz de llevar su cruz.

Vita stabilior

Por muy intensa que sea, la vida activa termina en este mundo: predicaciones, enseñanza, trabajos de todas clases, todo cesa en el umbral de la eternidad.

En cambio la vida interior jamás declina: Quae non auferetur ab ea. Por ella nuestra vida en este mundo no es sino una continua ascensión hacia la luz, que la muerte hace más radiante y rápida.

San Bernardo

Podemos resumir las excelencias de la vida interior con estas palabras de San Bernardo: “En ella el hombre vive con más pureza, cae más raras veces, se levanta con más rapidez, camina con mayor seguridad, recibe mayor número de gracias, descansa con más tranquilidad, muere más confiado, es más Inmediatamente purificado y obtiene una recompensa mayor.

Tomado del libro, El alma de todo apostolado, Parte II, Cap. I, pp.23-25

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