María Santísima es nuestra Madre. Nuestro Señor Jesucristo quiso que su Madre fuese también nuestra Madre. ¿Qué hacen dos hijos cuando están peleados entre sí? Recurren a la madre. A veces nosotros pecamos, nos peleamos con Dios. Y para reconciliarnos con Él apelamos a la Madre de Dios y nuestra.

Porque la madre tiene bondades, ternuras, perdones, indulgencias, paciencias que nadie posee. La Santísima Virgen pide a su Divino Hijo por nosotros y nos obtiene una serie de gracias que nunca alcanzaríamos si no fuese por su intercesión. Esta es la mediación de Nuestra Señora.

Como nuestra Madre, Ella quiere, sobre todo, nuestra salvación eterna. Para eso pide principalmente las gracias por las cuales nuestras almas se mueven conforme a sus deseos. Por esa razón María es Reina de las almas y el destino del mundo y de la Historia está en sus manos.

Plinio Corrêa de Oliveira