Reina de las gracias

Publicado el 08/23/2022

Medianera de todas las gracias. Es este un título de María aún no comprendido ni amado enteramente, pero es sin duda una de las prerrogativas más extraordinarias de María, unida de un modo profundo con su atributo de Reina de los corazones. Meditemos en esta fiesta de María Reina cuál es el poder de Nuestra Señora para salvarnos y obtener para nosotros las gracias que nuestra alma necesita para ser santos, gracias que dependerá de nosotros aceptar, a imagen de los santos, o rechazar, como Judas lo hizo…

Plinio Corrêa de Oliveira

San Luis María Grignion de Montfort sustentó, ya desde su época, el siglo XVII, una tesis que es llamada la Mediación Universal de Nuestra Señora. Mediación es estar en medio. Dios, vamos a decir, está en la cima de toda perfección, de toda santidad. Nosotros estamos abajo, en la otra punta. Y entre Dios y nosotros, estableciendo una mediación está su Madre Santísima, Nuestra Señora.

Esa Mediación hace que todo lo que Nuestra Señora pida por nosotros a Dios, Él lo conceda. Todo lo que pidamos a Dios sin Nuestra Señora, Él no lo concede. Porque Dios ama, por encima de todas las criaturas, a la única criatura que no tiene mancha ni pecado, que nunca tuvo ningún defecto, que a cada instante de su vida no hizo otra cosa sino perfeccionarse y santificarse constantemente. Ésta es su Madre Inmaculada, María Santísima, Virgen su Madre virginal, que es la cima de todo el orden de la creación. ¡Los mismos Ángeles están por debajo de Ella!

Virgen Blanca, Catedral de Toledo, España

Pero Nuestra Señora es Madre, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestro Señor quiso hacer las cosas así, que su Madre fuese también nuestra. Y ¿qué hacen dos hijos cuando están peleados entre sí? Recurren a su madre para que ella los reconcilie… A veces pecamos. “Peleamos” con Dios. Y para reconciliarnos con Él apelamos a la que es Madre de Dios y nuestra. Una madre tiene bondades, ternuras, perdones, indulgencias, paciencias que nadie tiene. María, entonces, pide a su Hijo por nosotros, obteniéndonos una serie de gracias y de perdones que no obtendríamos nunca si no fuera por esto.

La mediación de Nuestra Señora consiste en esto. Todo lo que pidamos por medio de Ella lo obtenemos. Todas las gracias que Dios nos manda, lo hace por intermedio de Ella. 

Entonces, ¿cuál es la consecuencia de eso? Nuestra Señora pide a Dios gracias para las almas de todos nosotros. Porque Ella, como nuestra Madre, quiere sobre todo nuestra salvación eterna. Esta vida pasa, con felicidades, con infelicidades, con tropiezos, acaba en algún momento… La vida pasa y queda solo la eternidad. Lo importante es, por tanto, que salvemos nuestra alma por toda la eternidad.

Todo cuanto María Santísima pide es dado por Dios, las almas se mueven conforme Ella quiere. Ella es la Reina de las almas.

Para eso, Nuestra Señora pide sobre todo gracias para nuestras almas. Ella sin duda pide otras cosas: pide salud para uno, pide inteligencia para otro, pide ayuda en el estudio para otro, un cuarto o quinto será medio débil en los estudios, Ella pide para ellos energía. Pero, sobre todo, Ella pide virtud para el alma. Por causa de eso, debido a que todo cuanto Ella pide es dado por Dios, las almas se mueven conforme Ella quiere. Ella es la Reina de las almas. Y, por causa de eso, el destino del mundo, el destino de la Historia, está en las manos de Nuestra Señora. Ella es la Reina de todo cuanto sucede. Y si el hombre es malo y rechaza estas gracias, la culpa es suya, porque Ella pidió y el hombre recibió gracias, obteniéndolas de modo extraordinario.

Judas entrega con un beso a Jesús en el Huerto de Getsemaní

Vean ustedes lo que opinan algunos teólogos: Judas Iscariote, el infame, vendió a Nuestro Señor por treinta monedas. Fue tan infame que vendió al Hijo del Hombre. Además, se ofreció a señalarlo a los que lo iban a prender. Él dijo: “aquel a quien yo bese, es Jesús. Prendedlo” (Mt 26, 18). Fue y le dio un beso a Nuestro Señor —según una costumbre asiática antigua—. Nuestro Señor lo besó y le dijo: “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?” (Lc 22, 48). Judas siguió adelante en su traición y entregó a Nuestro Señor a sus verdugos. Después de esto, comenzó a surgir en él un remordimiento lleno de indignación, de odio, un mal remordimiento. Empezó a andar por las calles de Jerusalén de un lado a otro, terminando, por el desespero, suicidándose. Se ahorcó en una higuera. La cuerda, como se interpreta por el texto bíblico, se rompió con el peso de su cuerpo, cayó al suelo y se reventó (Hch 1, 18). Si Judas, en vez de hacer lo que hizo, hubiera buscado a Nuestra Señora después de haber traicionado a Nuestro Señor, Ella lo habría recibido con bondad, con paciencia, y lo habría reconciliado con Nuestro Señor. ¡Hasta a Judas, el infame! Si Judas no se salvó fue solo porque no quiso, porque era realmente pésimo y no quiso pedir perdón.

Nuestra Señora medianera de todas las gracias

Entonces, Nuestra Señora, como Reina de los corazones, manda sobre nuestras almas, nos da gracias extraordinarias, nos obtiene perdones muy grandes, hace de nosotros personas de verdadero valor, y hace esto, además, por aquellos a quienes queremos santificar. Los parientes, los compañeros, los hermanos, los primos que ustedes quieran que se santifiquen, pídanselo a Nuestra Señora Reina de los corazones. ¡Ella arreglará todo!

Palavrinha para la Saúde (Sede del Reino de María) — 10/9/1989 — Domingo

Deje sus comentarios

Los Caballeros de la Virgen

“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

version mobile ->