
El día 9 de julio, fiesta de Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de Colombia, se realizó en el santuario de esta advocación mariana una ceremonia para la restitución de sus joyas, robadas el año pasado.
Mientras un religioso dominico leía proclamaciones sobre el simbolismo de cada pieza, cadetes de la escuela de la Policía Nacional las transportaban en cojines hasta el presbiterio y se las entregaron a oficiales de alto rango del Ejército y de la Policía.
Éstos llevaron las joyas a los pies de la imagen, bajada de su lugar habitual, para que el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, Mons. Luis José Rueda, las pusiera sobre el sagrado lienzo.
Al mismo tiempo, sonaban las notas de cánticos e himnos festivos entonados por el coro y orquesta de los Heraldos del Evangelio.
Además de restituir al milagroso icono la corona de Nuestra Señora y de su divino Hijo, el cetro, los rosarios y la medialuna bajo los pies de la Virgen, los sacerdotes dominicos le hicieron un nuevo obsequio: un globo coronado con la cruz, símbolo del gobierno materno de María Santísima sobre el mundo.