Plinio Corrêa de Oliveira.

Me gustaría darles una noticia acerca de un asunto muy bonito sobre Nuestra Señora de Guadalupe.

Naturalmente, todos ustedes oyeron hablar de la famosa aparición de Nuestra Señora de Guadalupe en México a un indio llamado Juan Diego, en el siglo XVI. En aquella aparición, Nuestra Señora hace algunas revelaciones a Juan Diego¹ y en el lugar de las apariciones se constituye como un centro de peregrinación extraordiario. De tal modo que la Santa Sede declaró a Nuestra Señora de Guadalupe como Patrona de América Latina.

Entonces, el bloque de naciones formadas por México y todas las que están al sur, por lo tanto Brasi tiene en Nuestra Señora una patrona común bajo la invocación de Nuestra Señora de Guadalupe, de la cual, por cierto tenemos una reproducción en una de nuestras sedes, dada por nuestros amigos mexicanos.

Mucho tiempo después de esta aparición, con esas máquinas fotográficas modernas etc., etc., se comprobió que fotografiando la imagen, se podía verificar que en la retina de la Virgen había un hombre arrodillado y que ese hombre era Juan Diego, lo que sería una verdadera maravilla. Porque no era posible llegar a pintar la tan pequeña figura de Juan Diego que no fuese visible al ojo humano con los recursos antiguos, y que después con lentes y con mil posibilidades posteriores se volviese visible la figura

Por otro lado, una maravilla por el lado del afecto materno que esto significa, porque tener en la pupila, tener en la retina a alguien, equivale a decir que se tiene en el corazón.

Hasta las Sagradas Escrituras emplean esta figura más de una vez, cuando una persona mira a la otra con complacencia, con alegría, ese reflejo que se produce en la retina como que dice “yo te tengo en la retina”, lo que equivale a decir, yo te tengo en el corazón.

Entonces, Nuestra Señora quiso decir que si ella tenía a Juan Diego en su retina, también lo tenía en su corazón. Era una manifestación de misericordia extraordinaria que con esto nos daba. Tanto más que Juan Diego, en el caso concerto representaba todas las naciones latinoamericanas. Porque era uno de dentro de esas naciones que Nuestra Señora escogió para hablarle. Y una vez que la Santa Sede la nombró Patrona de América Latina, todas las manifestaciones que Ella dio a Juan Diego se extienden a toda América Latina, de manera que todos nosotros de algún modo estamos presentes en la retina de Nuestra Señora de Guadalupe.

Entra en esto una promesa de protección, de un auxilio de una gracia extraordinaria, una razón de gran confianza de nuestra parte cuando rezamos a Nuestra Señora. Y, por causa de esto, me parece que es muy bonita la noticia contenida en el siguiente telegrama publicado en la revista Reader’s Digest y sacado del canal de televisión Globo, de Río de Janeiro, el día 3 de enero de 1975.

Una comisión de estudiosos divulga datos científicos por los cuales queda patente la autenticidad del milagro de Guadalupe.

“Después de 8 años de intensas investigaciones, una comisión de oftalmólogos y diseñadores mexicanos confirmó que los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe reflejan la fisonomía de Juan Diego, el indio a quien Nuestra Señora se le apareció cuatro veces. Dicha comisión declaró que se trata de la figura de un busto de un hombre colocado simétricamente y que corresponde al reflejo de la córnea, de acuerdo con las leyes de la óptica”

Es decir, si yo veo esto de acuerdo con las leyes de la óptica, esto se refleja en mi retina de una manera especial. Entonces, está perfectamente colocada la figura de Juan Diego, conforme a las leyes de la óptica en los ojos de Nuestra Señora.

“El diseñador Juan Chávez que hizo el descubrimiento en 1951 cuando examinaba las fotografías ampliadas del rostro de Nuestra Señora, propuso que Juan Diego fuese canonizado. La imagen recibe anualmente la visita de millones de fieles”.

Es muy bonito que con aparatos super modernos, empleando conocimientos científicos y técnicas que nadie en aquel tiempo tenía y en los medios más civilizados del mundo, se hubiera producido una pintura de esea naturaleza.

Esto es una cosa de tal manera sobrenatural que verdaderamente no se sabe uno que decir.

Tomado de conferencia del Santo do Dia, 18 de janeiro de 1975.

Notas

[1] San Juan Diego es el primer santo indígena de América canonizado en 2002 por el Papa San Juan Pablo II, siendo el tercer santo mexicano en ser canonizado tras San Felipe de Jesús y el grupo de 27 mártires de la guerra cristera.