Seamos buenos adoradores

Publicado el 02/15/2023

Por la sagrada Eucaristía Jesucristo nos comunica todas las gracias, a Ella afluyen todas las verdades, y al pronunciar la palabra Eucaristía lo hemos dicho todo, puesto que es Jesucristo mismo.

San Pedro Julián Eymard

Para ser buenos adoradores es preciso que recordéis continuamente que Jesucristo, realmente presente en la sagrada Eucaristía, reproduce y glorifica en ella todos los misterios y todas las virtudes de su vida mortal.

Recordad que la santísima Eucaristía es Jesucristo con su pasado, presente y futuro; que es el último desenvolvimiento de la Encarnación y de la vida mortal del Salvador. Por la sagrada Eucaristía, Jesucristo nos comunica todas las gracias, a Ella afluyen todas las verdades, y al pronunciar la palabra Eucaristía lo hemos dicho todo, puesto que es Jesucristo mismo.

Sea la adorable Eucaristía el punto de partida al comenzar vuestras meditaciones sobre los misterios, las virtudes y verdades de la religión.

Puesto que ella es el foco y las demás verdades los rayos, partamos siempre del foco y así irradiaremos también nosotros. ¿Qué cosa más sencilla que relacionar el nacimiento de Jesús en el establo de Belén con su nacimiento sacramental sobre el altar y en nuestros corazones?

¿Quién no ve en la Hostia encerrada en el sagrario una continuación de la vida oculta de Jesús en Nazaret; y en el santo sacrificio de la misa, que se ofrece sin interrupción en todas partes, una celebración de la pasión del Hombre-Dios en el calvario?

¿No es Jesucristo en el santísimo Sacramento tan dulce y humilde como lo fue en su vida mortal?

¿No es ahora, como entonces, el buen Pastor, el consolador por excelencia, el amigo más fiel de todos los hombres?

¡Feliz el alma que sabe encontrar en la Eucaristía a Jesús y todas las cosas!

Tomado del libro Obras Eucarísticas; pp. 34-35

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“Caballeros de la Virgen” es una Fundación de inspiración católica que tiene como objetivo promover y difundir la devoción a la Santísima Virgen María y colaborar con la “La Nueva Evangelización” , la cual consiste en atraer los numerosos católicos no practicantes a una mayor comunión eclesial, la frecuencia de los sacramentos, la vida de piedad y a vivir la caridad cristiana en todos sus aspectos. Como la Iglesia Católica siempre lo ha enseñado, el principal medio utilizado es la vida de oración y la piedad, en particular la Devoción a Jesús en la Eucaristía y a su madre, la Santísima Virgen María, mediadora de las gracias divinas. Sus miembros llevan una intensa vida de oración individual y comunitaria y en ella se forman sus jóvenes aspirantes.

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