
Según San Luis Grignion de Montfort, la Santísima Virgen es el Paraíso Terrestre del Hombre-Dios, constituido “de una tierra virgen e inmaculada, de la cual se formó y nutrió el nuevo Adán, sin la menor mancha o marca, por operación del Espíritu Santo que habita ahí.” ¡Es una linda comparación! Así como Dios formó el primer hombre a partir de la tierra virgen, aún libre de las maldiciones que cayeron sobre ella con el pecado original, el nuevo Adán también fue formado, por obra del Espíritu Santo, de una tierra inmaculada, que es la carne virginal de Nuestra Señora.
Plinio Corrêa de Oliveira