Está en la naturaleza del hombre el valerse de los sentidos externos para adquirir conocimiento. En este proceso se explica el papel de los símbolos, los cuales hacen posible el conocimiento de Dios a través de las creaturas. Es por eso que las almas santas despiertan entusiasmo en los buenos y causan el mismo odio que Dios provoca en los malos.
Plinio Corrêa de Oliveira
Dios adornó a la Creación con símbolos para dar a los hombres la posibilidad de amarlo. Y si es verdad que las creaturas existen para servirlo, el principal servicio que prestan es hacer presente a los hombres la idea de Él, Dios.
Si la Providencia creó tantos símbolos es porque tienen una importancia enorme. ¿Cuál es?
Finalidad de los símbolos: visión de Dios
Hay fotografías de la ida de los hombres a la Luna. Al verlas, me pareció espantosa la ceguera de las personas que intentan verla en sí misma y no en aquello que representa; no reflexionan, no deducen, como sería debido. Ahora bien, ella es un símbolo de Dios como todas las criaturas, a su modo, lo son.
El hombre es un compuesto de cuerpo y alma y adquiere conocimiento a través de los cinco sentidos. A tal punto esto es así que, si alguien pasara la vida sin ninguno de los sentidos, no podría diferenciar las impresiones y formar las ideas; no tendrá, por lo tanto, elementos para amar a Dios.
Es por los sentidos que adquirimos los conocimientos, y los símbolos tienen por función proporcionarnos una como que visión de Dios.
Por el raciocinio podemos componer una idea a respecto de Dios, lo que es enormemente precioso. Sin embargo, es diferente de aquello que nos dice un símbolo.
Por ejemplo, sabemos por la fe y por la razón qué es la virginidad y cuál es su valor. Podemos construir una idea intelectiva respecto a Nuestra Señora, Virgen de las vírgenes. Pero, para amar aquello que el espíritu concibió, ¡Cuánto ayuda al hombre ver un lirio bonito! Él expresa aquello que la razón concibió.
Está en la naturaleza del hombre la necesidad de ver, de tal manera que en el Cielo veremos a Dios cara a cara. No hay uno solo de nosotros que no desee contemplar a Nuestra Señora, a los ángeles, a los santos en el Cielo. Queremos verlos, porque el ver es esencial para nosotros. Y el símbolo nos hace ver realidades superiores.

Entrada al Gran Canal de Venecia, pintura de Canaletto – Museo de Bellas Artes de Boston
Símbolo, simbolismos y simbolizados…
La espada, por ejemplo, ¿Qué me dice? Trae en sí todas las ideas respecto del heroísmo. Qué es una guerra santa, gracias a Dios, yo lo sé. Qué fueron las cruzadas, yo lo sé. Pero, ¿por qué la visión de la espada me da tanta alegría? Porque es un símbolo de la guerra santa, del coraje, que me hace como que ver aquello que yo ya conocía.
Para que entendamos la importancia de ese ver, imaginemos que somos de un país muy pobre, en el cual cada grupo de indigentes fuese entregado a la generosidad de un gran benefactor de otro país. Ahora bien, un determinado donante se revela magnífico en su obra: él no sólo da todo lo necesario, sino que lo manda con cariño y varias veces envía hasta lo superfluo. Y, para mantener mi vida, vamos a imaginarnos que el donante hubiese dado hasta su sangre para que me hagan una transfusión. Es un beneficio insigne, después del cual yo le quedaría muy agradecido. Lo normal es que yo quiera conocerlo y así poder tener una idea más completa de la bondad que recibí.
Imaginen, sin embargo, que yo no lograra verlo, pero que supiera de la existencia de una música en la cual él se ve muy bien simbolizado y expresado. Yo tendría ganas de conocer la simbología de esa música para conocer al benefactor. Sería un modo de verlo y oírlo. Pues bien, ese es el papel de los símbolos en lo que dice con respecto a Dios.

El Cid – Burgos, España
El alma humana, la más perfecta imagen de Dios
Si un ángel es símbolo de Dios, el hombre también lo es. ¿Cómo? Él no es puro espíritu, pero tiene espíritu y alma espiritual.
Si a través del cuerpo yo logro percibir el alma, a través de ella lograré percibir algo que es, en el universo visible, lo que hay de más parecido a Dios. Un alma es el más alto símbolo de Dios en la Creación y lo que una persona tiene de más simbólico es la mirada.
Todos nosotros conocemos la magnificencia del Sol. Pero el propio Sol no simboliza tan bien a Dios cuanto un alma virtuosa, en estado de gracia.
¿Cuál fue el alma que mejor simbolizó a Dios? Antes que nada, la de Nuestro Señor Jesucristo, porque era Hombre-Dios. Algunos herejes antiguos querían suponer que Él era únicamente Dios, sin alma humana1. En efecto, el Verbo está unido substancialmente a la naturaleza humana y su alma, en el orden del espíritu, es lo más perfecto que fue creado.
Por lo tanto, si conociéramos personalmente a Nuestro Señor, tendríamos un conocimiento de Dios extraordinario, eximio. Si nosotros conociéramos a Nuestra Señora, conoceríamos de modo excelente a Nuestro Señor y Dios.
¿En qué refleja a Dios el alma humana? Casi no hay palabras para responder. Sería como preguntar: ¿en qué se parece un cuadro bien pintado con el personaje vivo? Es indefinible. Si la pintura está bien hecha, se asemeja en todo.
Así pasa con nosotros: somos como cuadros bien pintados de Dios. O, con más exactitud, somos símbolos adecuados de Él, si queremos ser buenos; la cuestión es querer ser bueno. Es por eso que las almas santas despiertan el entusiasmo que las cosas divinas despiertan en los buenos, o todo el odio que Dios provoca en los malos.

La Virgen – Basílica de Nuestra Señora de Ocotlan, Estado de Tlaxcala, México
(Extraído de conferencia del 25/5/1983)
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1) Referencia hecha a la herejía monofisita, del siglo V, la cual afirmaba la existencia de una sola naturaleza en Cristo, la divina.